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Holi – Couleurs, amour et liberté

Holi, la Fiesta de los Colores, es una de las celebraciones más vibrantes y alegres de la India. Marca la llegada de la primavera y el triunfo del amor sobre la división. Pero Holi encierra un mensaje más profundo: es un momento en que las barreras sociales se disuelven y, por un día, todos somos iguales en una explosión de colores. ¿Te suena? 😊🌈

Como la mayoría de la gente ya está familiarizada con sus impresionantes efectos visuales, pensamos: ¿por qué no compartir la historia mitológica que hay detrás?

La leyenda de Prahlad y Holika

Érase una vez, en un vasto reino de palacios dorados y templos altísimos, un poderoso rey llamado Hiranyakashipu. No era un rey corriente: había recibido una poderosa bendición que le hacía casi imposible de derrotar.

Ningún arma podía dañarle, ningún hombre o bestia podía matarle, y ni el día ni la noche podían acabar con él. Con tal poder, gobernaba con puño de hierro, declarando que todos sus súbditos debían adorarle sólo a él.

Pero en el corazón de su propio palacio vivía un joven que no obedeció esta orden. Prahlad, el propio hijo del rey, creía en el Señor Vishnu, el protector del universo. Su corazón era puro, y por mucho que su padre le regañara o castigara, no abandonaría su fe.

La ira de Hiranyakashipu crecía cada día que pasaba. Lo intentó todo para cambiar el corazón de Prahlad. Ordenó a sus soldados que arrojaran al muchacho desde una alta montaña, pero el viento lo llevó suavemente a tierra. Hizo que lo arrojaran a un río, pero las aguas lo retuvieron con seguridad y lo devolvieron a la orilla. Lo encerró en una cámara llena de serpientes venenosas, pero las serpientes se enroscaron a su alrededor sin hacerle daño. Nada podía quebrantar la fe de Prahlad.

Desesperado, el rey recurrió a su hermana, Holika, que poseía un don mágico. Un manto especial la protegía del fuego, permitiéndole atravesar las llamas sin quemarse. Se trazó un plan. Se construyó una gran hoguera en el centro del reino. Holika cogió a Prahlad de la mano y lo condujo hacia el fuego, envolviéndose con la capa encantada. Las llamas rugieron, saltando hacia el cielo.

Pero ocurrió algo inesperado. Una repentina ráfaga de viento levantó la capa de los hombros de Holika y la envolvió en su lugar a Prahlad. El fuego arreció, pero no pudo tocar al muchacho. Holika, sin la protección de su magia, fue consumida por las llamas. Cuando el fuego se extinguió, Prahlad salió ileso y sonriente. Su fe le había salvado.

Poco después, el rey Hiranyakashipu encontró su destino. De entre las sombras apareció Narasimha, un ser que no era ni hombre ni bestia, que llegó en el crepúsculo, ni de día ni de noche.

Llevó al tirano hasta un umbral, un lugar ni interior ni exterior, y lo abatió con sus propias manos, sin armas de ningún tipo. El reino quedó libre, y Prahlad, con su corazón puro, se convirtió en su nuevo gobernante.

Hasta el día de hoy, la gente recuerda esta victoria del bien sobre el mal. Cada año, en la víspera de Holi, encienden grandes hogueras para celebrar el Holika Dahan, la quema de Holika. Y cuando llega la mañana, el aire se llena de color, risas y alegría, mientras dan la bienvenida a la llegada de la primavera y al triunfo del amor, la fe y la bondad.

Y así, cada vez que los brillantes colores de Holi se arremolinan en el viento, la historia del valor de Prahlad y la derrota de Holika sigue viva, recordando al mundo que ni siquiera la más poderosa oscuridad puede oponerse a la luz de la fe.

¡Feliz Holi a nuestros 257.516 ROMEO de la India!